lunes, mayo 29, 2006

ching chang chong

El discípulo se acercó a su maestro y le dijo:

-Maestro, he seguido todas tus enseñanzas, y creo que he logrado comprender el rocknroll...

El maestro respondió:

-Oh tonto, te felicito. Haz hecho todo lo que te indicado para conocer el rocknroll. Pero recuerda: el hardcore es para los chéveres.



"The Force will be with you, always."

jueves, mayo 25, 2006

L´Enfant (no es elefante)

Hace un par de días vi esta película. La compré por puro prejuicio. Ganadora de la palma de oro en cannes el año pasado. De ahí no sabía más.

Esperaba ver una película súper bien filmada, con una fotografía y/o dirección de arte que denote un trabajo preconcebido, que tenga encuadres excelentes, una edición espectacular y por lo menos un guión impecable.

No había nada de eso.

Me encontré con un filme de corte realista, demasiado diría yo. No es que eso me disguste en un filme y no me sorprende tampoco en un ganador de cannes. Siempre aparece algún “geniecillo” de festival con este tipo filmes “duros” y “reales” valga la redundancia. Y digamos que cumple su objetivo, la película empieza a sacudirte los nervios con el llanto desquiciante de un bebé y una cámara en mano nerviosa que te transporta de inmediato a la acción. Tanto que te quieres ir.

Lo que ocurre con este tipo de propuesta es que en su pretensión de realismo este es llevado también al manejo del tiempo y del ritmo. Las acciones se dilatan y los sucesos son tan naturales que nos sentimos de pronto rodeados por la escena. Eso último es lo interesante.

Vemos a los personajes comportarse de manera completamente natural en sus actos más simples. La narración parece no estar planificada. Como cuando vemos a la protagonista cruzando una autopista con el bebé en brazos apretándolo contra sí y es evidente que esta escena no fue preparada o el hombre que en su intento de reparar de manera improvisada el coche del bebé, utiliza como herramienta lo primero que tiene a la mano: una piedra del suelo para un accionar torpe y circunstancial. Cosas como esas ocurren aquí y en todos lados.

Los personajes son simples, no tienen pasado. Viven su día a día y se las ingenian como pueden. No existe ningún indicio en el filme que nos revele su condición moral previa. Es imposible juzgarlos, son simples sobrevivientes de algún pueblo miserable de Bélgica.

La trama es también bastante simple. No ocurre nada. O sí ocurre, el protagonista vende a su hijo recién nacido y la única explicación que le da a su novia es “podemos hacer otro”. Sí es gran cosa. Pero el tratamiento es tan naturalista que la acción pierde interés. Es más, confieso que en esa parte que se supone es la más importante del argumento hasta cabeceé un poco. Del mismo modo, vemos persecuciones en auto vs motocicleta sin ningún chirrido de frenadas ni explosiones holliwoodenses, y esta se prolonga de tal manera que puedes ir al baño y regresar y no te habéis perdido de mucho. Cuestión de ritmo en la edición, excesivo naturalismo.

Pero es una gran película.

Porque a pesar que no es una película súper bien filmada, con una fotografía y/o dirección de arte que denote un trabajo preconcebido, que no tenga encuadres excelentes, ni una edición espectacular o por lo menos un guión impecable, es una gran película.

Y mentí. Porque si bien es cierto que no había oído nada de la película si sabía mucho de ella.

Es una película de sensaciones y de encuentros. Encuentros con las pequeñas cosas que suceden. Encuentros con lo trivial y con uno mismo.

No pude evitar sentir un nudo en el estómago al ver la escena de la pareja de protagonistas en el auto y la chica mordiéndole la mano mientras escuchaban la música del magnífico johann strauss. O la parte en que él le rosea su sprite en la cara y la persigue, para terminar revolcándose en un parque mientras ríen y chocan sus cabezas y son felices con sus ropas iguales y mugres.

No pude evitar sentir un nudo en el estómago cuando él le confiesa que ha vendido a su hijo y la chica se desmaya en su delante y él no puede hacer nada para reanimarla y solo ahí en su impotencia se da cuenta de su error. Como no encontrarse con uno mismo cuando lo vemos perdido, tratando de remediar sus errores pero todo empieza a salirle mal. Hasta las pequeñas acciones trabajan en su contra. Es imposible no conmoverse al verlo derrotado, golpeado, hambriento y arrepentido y quebrarse al abrazar las piernas de la mujer que ama y a la que ha fallado.

Somos testigos de la peor recriminación que le pueden hacer a uno por sus actos sin emplear una sola palabra. Preparar una sopa de sobre puede ser tan mortífero como el más álgido discurso. El dolor no sólo se expresa con llantos desgarradores, sus gritos son mudos.

Finalmente el protagonista, este perfecto inmaduro evoluciona. No sabemos si el infante del título se refiere a su hijo que ha vendido o al personaje mismo, pero finalmente este toma conciencia y asume las consecuencias de sus actos. Cuando todo llega al punto en que todo está peor que mal pero aún puede salvar su pellejo y seguir comportándose como un niño egoísta por primera vez decide comportarse como un hombre ¿o como un padre? Y empieza a reconocer sus faltas, se entrega a la policía.

Sólo a través el encuentro con uno mismo las cosas al exterior empiezan a cambiar. Todo vuelve a su sitio. O al sitio donde debieron estar. Al final, el infante-hombre por primera vez puede hacer lo que un hombre tiene que hacer: llorar.

martes, mayo 23, 2006

chong ching chang

el discípulo se acercó a su maestro y le preguntó:

-maestro, ¿qué es el rocknroll?

el maestro respondió:

-oh tontín, te contaré una historia: un joven iba a cruzar la pista cuando un hombre viejo se paró a su costado y lanzó un alarido. cuando el joven quiso ver a qué le había gritado el viejo, no había nada ahí.



::mi maestro Morihei Ueshiba (1883-1969) transfigurado por el rocknroll::

jueves, mayo 18, 2006

HERO



No soy ningún rebelde
Si tengo un cuchillo
No es para parecer malo
Ni para defenderme.

No me dejé el pelo largo
Ni me puse estas botas
Ni los pantalones ajustados
Para lucir constestario
Ni para dar la contra
a la sociedad
O tal vez a mi mamá.

No me tiré de la moto por eso
No le pegué a tu novio por ti
Ni escape de la policía
Para no ser capturado
No me hice estas cicatrices
Ni amanecí borracho en las calles de paris
Porque me rompieran el corazón
Ni por que yo así lo quise.

No me puse estos lentes
Para que no me reconozcan
Ni para esconderme
Ni para parecerme a elvis.

No resucité de entre los muertos
Ni quemé todos tus libros
Para salvarte
O para decirte algo
No lo hice por eso.

No lo hice por la publicidad
Ni por las chicas
Ni por el rocknroll
O porque en algún momento
Pensara en ser distinto.

Ahora que estoy gordo y viejo
Cuando me preguntan
¿por qué entonces?
Yo sólo les respondo:

“Lo hice por los niños”

viernes, mayo 12, 2006

GRIPE

Llegué arrastrándome a mi computadora. Iba a escribir lo que me había sucedido antes de llegar a ella; un relato urbano acerca de estar con gripe y salir a la tienda. No tenía dos segundos frente a la pantalla cuando alguien llegó y me dijo: Necesitamos tu máquina. Hemos descubierto que tu computadora es un terminal secreto con el cual podemos controlar a todas las impresoras del mundo por lo que es imperativo que evac… antes que terminara de decirme nada yo ya me había ido.

Me senté en el suelo y me quedé mirando mi zapatilla.

-tu pasador
-¿ah?
-tu pasador está desamarrado.
-ah.

Las chicas de yuppielandia no entienden el rocknroll. No saben que cuando estoy enfermo lo último que me importa es amarrarme los zapatos. Por lo general odio ir a yuppielandia, aunque conozco mucha gente que le gustaría trabajar ahí y a otras tantas que presumen de ello. A mí me parece que es un lugar muy triste. Yo trabajo a una cuadra de ahí, sólo voy porque tienen una tienda donde venden sushi los lunes y unos alfajores gigantes que son espectaculares. Además que no hay ninguna tienda cerca.

Para entrar esquivo dos autos que salen. Lucen muy rápidos, con asientos de cuero, muy efe-eme. El guachimán me mira con cara de “tú no perteneces aquí” pero lo ignoro. Me introduzco en yuppielandia mientras camino bajo el sol. Siempre hay sol en yuppielandia y los ejecutivos salen de sus oficinas plateadas con sus lentes de surf y sus ternos a rayas, fumando cigarros mentolados. Me miro en el reflejo de uno de los edificios. Soy un intruso.

Van a hacer un nuevo edificio en yuppielandia y han cerrado el camino hacia la tienda. Han puesto vallas de madera cuidadosamente arregladas para no perturbar la estética del centro empresarial. Ahora hay que caminar como 20 metros más, bajar por unas escaleras y caminar de nuevo esos 20 metros para poder llegar a la tienda y comprar algo.

Eso o a menos

Q
U
E

S
A
L
T
E


No debí hacerlo. Ahora todos los individuos que hacen su coffee-break en la tienda me miran escrutándome. Entro a la tienda y me dirijo hacia una de las congeladoras. Cojo una cocacola, hace mucho calor. Sin embargo tengo puesta una casaca que pesa como 8 kilos, una bufanda roja que me cubre la mitad del rostro, mis lentes rocknroll y mis pasadores desamarrados. Mi novia me dijo ayer que parecía un elvis decadente, gordo y adicto. Me sentí genial. Estoy seguro que jamás veré a un yuppie con unos lentes como los míos. Le pido prestado a uno su encendedor. Lo hago sólo por joder, yo no fumo tu mierda mentolada, mira mis cigarrillos gore. Gracias estúpidou. Me largo.

Todo hubiera salido bien hasta que me doy cuenta que no puedo saltar los 200 metros hacia arriba y regresar por donde vine. Maldita gripe, ahora tengo que caminar como todos. Al irme me viene un estornudo y siento que los pernos que sujetan mi cerebro a su base craneana se aflojan cada vez más. Para disimular el dolor destapo mi cocacolo y le doy un sorbo. Le doy una calada a mi cigarrillo. Es como esos días soleados de la universidad, caminando tranquilamente con mi cocacola colgando de mis dedos y mi cigarrillo sin manos, despreciándolos a todos. Desde el fondo de mi bolsillo lleno de papeles higiénicos con mocos suena mi celular. Me despierta. Hay alguien en mi computadora. Estoy sentado en el suelo mirando mi zapatilla mugre. No había escrito ni mierda.

jueves, mayo 04, 2006

SIEMPRE QUISE SER PATETICO

PATHOS: palabra griega que usamos para referirnos al sufrimiento humano; el sufrimiento existencial, propio del ser, entendido como todo lo que este siente o experimenta, lo que se padece: sea dolor, tristeza, pasión o enfermedad.

ETHOS: del vocablo griego 'hqoV' (ethos), posee diversos sentidos. La acepción más usual del término, según la tradición filosófica Aristotélica, es la que significa 'modo de ser' o 'carácter' en cuanto forma de vida adquirida o conquistada por el hombre. Este sentido fundamental de ethos se entenderá a partir de Aristóteles como el lugar que el hombre lleva en sí mismo, el de su actitud interior. El ethos se convierte en el fundamento de la praxis, la raíz de la que brotan todos los actos humanos.

Heidegger se refiere al ethos como lugar o morada (una de las acepciones primitivas del término), y por ello dice que la morada o ethos del hombre es el ser. Otra interpretación interesante de la palabra se encuentra en el filósofo griego Zenón de Citio, quien sostiene que el ethos es la fuente de la vida, de la que manan los actos singulares.

La palabra “patético” surge de la conjunción de ambos términos:

PATHOS + ETHOS = PATHETIKOS


Siguiendo en la línea de los afeminados griegos nos damos cuenta que en la tragedia clásica el héroe es por definición un personaje patético. Es decir, padece una pasión profunda (pathos), un sufrimiento al que se rebela -dado su modo de ser- y lo mueve a la acción (ethos).

Así, el héroe trágico se ve enfrentado de manera misteriosa, inexpugnable e inevitable contra el universo o los dioses, contra el destino, moviéndose hacia un desenlace fatal por una fuerza ciega, la fatalidad, el sino, el hado o fatum. Las tragedias han de acabar forzosamente en muerte o locura del personaje principal, que es sacrificado a esa fuerza que se le impone y contra la que se rebela con orgullo insolente o hybris.



Todo el comportamiento del héroe trágico es patético, su accionar y su modo de ser están movidos a su vez por su carácter: El héroe trágico es excepcional por su virtud, conciencia o rango social: está fuera del común. Por ello, el conflicto del personaje suele ser, las más de las veces, consigo mismo o con otras fuerzas superiores; de suerte que su lucha es por el restablecimiento del orden cósmico, apelando al conocimiento y la posterior superación para la realización de su grandeza, a través de la catarsis que le purifica, más que a él, al pequeño y anónimo espectador.


¡Oh, dichoso aquel que se purifica en la contemplación del patetismo ajeno!




miércoles, mayo 03, 2006

the shadow gallery

acabo de abrir un fotolog. mentira fue hace dos días. lo hice porque a veces odio escribir o simplemente porque a veces tengo la necesidad de expresarme en otro lenguaje, sin-tener-que-usar-las-putas-palabras.

podría subir imagenes aquí y mis fotos y música y videos -claro- pero no quería eso, a veces también odio a blogger.

lo hice porque la fotografía es una de mis pasiones y tengo un montón de fotos sueltas por ahí que quiero postear. fotos sin explicación trascendental, sin ningún puto título, sin ningún poema ridiculo ni rollo alguno, y otras con. podría haberlas posteado en mi flickr o alguno de esos otros y subirlas todas de un porrazo, pero debo admitir que me atrae la limitación del fotolog de subir sólo una imagen por día, es una contención que me sirve de aliciente para seguir foteando.

además, ni cagando voy a pagar por ser un gold-fuckin-member. no quiero que vengan a dorarme nada a mí.

aquí esta el link. por favor no vayan, aún no hay nada porque estoy haciendo unos experimentos. pero en lo sucesivo podrán ir viendo las tonterías que cuelgo.