jueves, julio 20, 2006
viernes, julio 14, 2006
todo lo que [te] necesito.
Sólo quiero dormir
sólo quiero abrazar
sólo quiero apretujarme
contra uno de tus pechos.
sólo quiero tus manos
sólo quiero una caricia
[........muda........]
y tu voz, que me diga
que todo va a estar bien.
sólo quiero tu hogar
sólo quiero oscuridad.
y una frasadita
a quien no le importe
mi maldad.
todo lo que necesito
es estar muerto.
sólo quiero abrazar
sólo quiero apretujarme
contra uno de tus pechos.
sólo quiero tus manos
sólo quiero una caricia
[........muda........]
y tu voz, que me diga
que todo va a estar bien.
sólo quiero tu hogar
sólo quiero oscuridad.
y una frasadita
a quien no le importe
mi maldad.
todo lo que necesito
es estar muerto.
miércoles, julio 12, 2006
SYD?
Te puedes morir
y olvidarte de la canción
Te puedes morir
Simplemente
Y ser
Un Diamante loco
Hombre vegetal
Vamos a morir
con una canción
de esas tuyas
que me hacían olvidar
Tocaremos nuestras gaitas
a la puerta del amanecer
liberaremos los antiguos secretos
y nos esconderemos
en el lado oscuro del sol
con mamá.
simplemente,
syd?
:: SYD BARRET ::
6 de enero de 1946 - † 7 de julio de 2006
viernes, julio 07, 2006
Me caí
Ayer me caí de la moto. Me saqué la mugre. Estaba lloviendo y creo que pise algo, patine feo y de un segundo a otro estaba en el suelo arrastrándome a no poca velocidad.
Mientras caía, no vi toda mi vida en un segundo ni nada, al contrario, vi todo en cámara lenta. Tanto así que lo primero que hice fue pensar “no, en ésta no te mueres ni cagando” e inmediatamente después “¿qué estás esperando?, ¡lárgate de aquí!” y me lancé de la moto que seguía arrastrándose horizontal por el asfalto. Siempre hago eso, agradezco a diosito todas las locuras que hacía en mi época de biker; cuando veía que ya la bicla se iba al suelo conmigo y no podía salvarla, lo mejor era saltar y salvar el culo.
Así, los reflejos guardados de mi adolescencia y las clases de aikido con sus millones de ukemis me impulsaron a lanzarme y a rodar mientras pensaba: “¡carajo, mi moto!”.
Luego todo se detuvo, y le sucedió un silencio absoluto.
Abrí los ojos y estaba en el suelo. Me levanté y vi las caras de imbéciles de toda la gente que se había detenido a mirar. Segundos después recién escuche sus voces, había sido un escándalo pero nadie se acercó a ayudarme o a ver si quiera si estaba bien. No importa la gente es una mierda. Fui donde mi moto que seguía encendida, la apagué y la levanté del suelo y la llevé hacia la esquina. Estaba contra el tráfico creo pero no me importó. Aparqué la moto y fui hacia una bodega a llamar a mi novia.
No sé por qué la llamé, probablemente no debí porque fácil la asusté innecesariamente. Pero estaba todavía en shock y sólo quería oírla y decirle que estaba bien y que no se preocupara. Mientras le hablaba vi mi pantalón cortado y sangrante, la otra pierna me dolía como el diablo. Después fui a casa a lavarme las heridas y a cambiarme el pantalón. La moto sólo se rompió uno de los focos direccionales y se hizo un raspón del carajo en el tanque de combustible, pero estaba bien.
Recién yendo a la agencia me di cuenta que también se había roto uno de mis guantes, con el que me apoyé en el suelo para rodar y también el codo de la casaca de mi hermano Mark. Al menos me protegieron, no tenía heridas superiores, sólo en las piernas que me ardían tanto que no podía caminar bien. En el trabajo me dijeron que hoy me iba a empezar a doler todo el cuerpo, que iba a estar molido, pero no ha sido así. Es más, ni me arden tanto las heridas. Eso me reconforta porque significa que todavía no he perdido mi habilidad mutante para regenerarme.
Lo que sí me duele -y mucho- es haber perdido mis gafas TCB. Y peor, que un imbécil me gritara en la calle mientras me levantaba del suelo: “eehhh tus lentes”. Los vi y estaban hechos trizas en el suelo, FUCK. Me acordé cuando le gritaron a Bob Dylan en un concierto: “EEHHH JUDAS!”. Y así triste y con los faros rotos vino a mi lo que este le respondió:
I DONT BELIEVE YOU.
Y sí, Bob también se sacó la mugre en su moto y su retorno fue puro rocknroll.
Mientras caía, no vi toda mi vida en un segundo ni nada, al contrario, vi todo en cámara lenta. Tanto así que lo primero que hice fue pensar “no, en ésta no te mueres ni cagando” e inmediatamente después “¿qué estás esperando?, ¡lárgate de aquí!” y me lancé de la moto que seguía arrastrándose horizontal por el asfalto. Siempre hago eso, agradezco a diosito todas las locuras que hacía en mi época de biker; cuando veía que ya la bicla se iba al suelo conmigo y no podía salvarla, lo mejor era saltar y salvar el culo.
Así, los reflejos guardados de mi adolescencia y las clases de aikido con sus millones de ukemis me impulsaron a lanzarme y a rodar mientras pensaba: “¡carajo, mi moto!”.
Luego todo se detuvo, y le sucedió un silencio absoluto.
Abrí los ojos y estaba en el suelo. Me levanté y vi las caras de imbéciles de toda la gente que se había detenido a mirar. Segundos después recién escuche sus voces, había sido un escándalo pero nadie se acercó a ayudarme o a ver si quiera si estaba bien. No importa la gente es una mierda. Fui donde mi moto que seguía encendida, la apagué y la levanté del suelo y la llevé hacia la esquina. Estaba contra el tráfico creo pero no me importó. Aparqué la moto y fui hacia una bodega a llamar a mi novia.
No sé por qué la llamé, probablemente no debí porque fácil la asusté innecesariamente. Pero estaba todavía en shock y sólo quería oírla y decirle que estaba bien y que no se preocupara. Mientras le hablaba vi mi pantalón cortado y sangrante, la otra pierna me dolía como el diablo. Después fui a casa a lavarme las heridas y a cambiarme el pantalón. La moto sólo se rompió uno de los focos direccionales y se hizo un raspón del carajo en el tanque de combustible, pero estaba bien.
Recién yendo a la agencia me di cuenta que también se había roto uno de mis guantes, con el que me apoyé en el suelo para rodar y también el codo de la casaca de mi hermano Mark. Al menos me protegieron, no tenía heridas superiores, sólo en las piernas que me ardían tanto que no podía caminar bien. En el trabajo me dijeron que hoy me iba a empezar a doler todo el cuerpo, que iba a estar molido, pero no ha sido así. Es más, ni me arden tanto las heridas. Eso me reconforta porque significa que todavía no he perdido mi habilidad mutante para regenerarme.
Lo que sí me duele -y mucho- es haber perdido mis gafas TCB. Y peor, que un imbécil me gritara en la calle mientras me levantaba del suelo: “eehhh tus lentes”. Los vi y estaban hechos trizas en el suelo, FUCK. Me acordé cuando le gritaron a Bob Dylan en un concierto: “EEHHH JUDAS!”. Y así triste y con los faros rotos vino a mi lo que este le respondió:
I DONT BELIEVE YOU.
Y sí, Bob también se sacó la mugre en su moto y su retorno fue puro rocknroll.
miércoles, julio 05, 2006
Taking Care of Bubba
Elvis Presley jamás murió. Vive en un asilo de Texas bajo el nombre de Sebastian Haff. Para escapar de la presión de la fama cambió su identidad con uno de sus imitadores, quien tuvo la torpe ocurrencia de morirse. Junto a él se encuentra John F. Kennedy, que tampoco ha muerto y a quien “ellos” -léase Lyndon Jhonson, la CIA, Castro, etc.- han rellenado parte de su cerebro con arena y cambiado el color de su piel para ocultar la verdad. Sí, el más famoso de los presidentes norteamericanos es ahora negro y vive de incógnito en el mismo asilo bajo el seudónimo de “Jack”.
Ambos transcurren sus últimos años en el completo olvido, agobiados por una existencia monótona que contrasta con el otrora esplendor de sus grandes días. Esta situación cambia cuando una antigua momia egipcia vuelve a la vida vestida de cowboy y empieza a succionar el alma de los habitantes del asilo por el culo. Es entonces que el Rey del Rocknroll y John F. Kennedy unirán sus (pocas) fuerzas para combatir a las fuerzas del mal.
Este es el argumento de Bubba Ho-Tep, la última película del director de culto Don Coscarelli (Army of Darkness, Phantasm), y aunque parece sacado de un capítulo de Southpark lo cierto es que es buenísima. Obviando lo absurdo de la trama está narrada de una forma sencilla pero brillante. La vi este fin de semana y realmente me impresionó. Pero no sólo por eso, más allá de ser un correcto ejercicio de realización indie fue también una película que supo conmoverme en muchos aspectos.
Y lo digo no sólo porque soy fanático de Elvis (si no creyera en que el Rey está vivo y prepara su retorno diría que soy su reencarnación) sino porque dentro de su inverosimilitud trata temas muy humanos y profundos. No sólo abre su discurso con una crítica a la sociedad moderna y al trato que ésta les da a los ancianos, convirtiéndolos en parte del inventario de un escenario olvidado. Sino que nos muestra la visión subjetiva de estas personas y su lucha contra el olvido.
Los personajes son seres acabados que constantemente cuestionan su pasado (“always the questions, never the answers” dice para sí mismo el Rey), pero su preocupación y tormento no radica en la fama y fortuna que perdieron sino en lo que la vida se llevó de ellos: el amor de sus vidas, sus hijos, hasta sus propias fuerzas y apetitos. Hombres que quisieron lo mejor pero que aceptan con estoicismo lo peor, la frustración por la incapacidad de poder hacer algo al respecto, la incertidumbre del “que hubiera pasado si…”
En el filme no hay forma de determinar si los personajes son en realidad quienes dicen ser o si son simples viejos dementes que creen ser los héroes postrados que son. Pero eso no interesa, son auténticos héroes trágicos. Héroes que no se dejan vencer y cuya lucha es por preservar lo que queda de ellos; héroes que no van a permitir que una momia vaquera les succione por el culo lo que les queda de sí mismos.
Así, vemos a un anciano demente que se cree el llanero solitario morir en patética gloria disparando sus pistolas de juguete contra la momia succionadora de almas y es cuando escuchamos a Elvis pronunciar a modo de solemne epitafio “-murió con el alma intacta” y eso es lo que realmente importa.
Bubba Ho-Tep no es una película fácil, a pesar de su sencilla narración. Tampoco es una película que les gustará a muchos. Confieso que con viles trucos embauqué a mis hermanos para verla en nuestras acostumbradas noches de hombres y películas B y a ninguno de ellos les gustó. Bodrio, Barata, Basura, fueron sus apreciaciones, pero que carajos saben ellos. Para mí, la película fue todo un apologético a valores como la libertad, la camaradería, la lucha heroico-trágica y por supuesto, al rocknroll.
Update: Ya está en producción Bubba Nosferatu: The curse of the she-vampires.
Ambos transcurren sus últimos años en el completo olvido, agobiados por una existencia monótona que contrasta con el otrora esplendor de sus grandes días. Esta situación cambia cuando una antigua momia egipcia vuelve a la vida vestida de cowboy y empieza a succionar el alma de los habitantes del asilo por el culo. Es entonces que el Rey del Rocknroll y John F. Kennedy unirán sus (pocas) fuerzas para combatir a las fuerzas del mal.
Este es el argumento de Bubba Ho-Tep, la última película del director de culto Don Coscarelli (Army of Darkness, Phantasm), y aunque parece sacado de un capítulo de Southpark lo cierto es que es buenísima. Obviando lo absurdo de la trama está narrada de una forma sencilla pero brillante. La vi este fin de semana y realmente me impresionó. Pero no sólo por eso, más allá de ser un correcto ejercicio de realización indie fue también una película que supo conmoverme en muchos aspectos.
Y lo digo no sólo porque soy fanático de Elvis (si no creyera en que el Rey está vivo y prepara su retorno diría que soy su reencarnación) sino porque dentro de su inverosimilitud trata temas muy humanos y profundos. No sólo abre su discurso con una crítica a la sociedad moderna y al trato que ésta les da a los ancianos, convirtiéndolos en parte del inventario de un escenario olvidado. Sino que nos muestra la visión subjetiva de estas personas y su lucha contra el olvido.
Los personajes son seres acabados que constantemente cuestionan su pasado (“always the questions, never the answers” dice para sí mismo el Rey), pero su preocupación y tormento no radica en la fama y fortuna que perdieron sino en lo que la vida se llevó de ellos: el amor de sus vidas, sus hijos, hasta sus propias fuerzas y apetitos. Hombres que quisieron lo mejor pero que aceptan con estoicismo lo peor, la frustración por la incapacidad de poder hacer algo al respecto, la incertidumbre del “que hubiera pasado si…”
En el filme no hay forma de determinar si los personajes son en realidad quienes dicen ser o si son simples viejos dementes que creen ser los héroes postrados que son. Pero eso no interesa, son auténticos héroes trágicos. Héroes que no se dejan vencer y cuya lucha es por preservar lo que queda de ellos; héroes que no van a permitir que una momia vaquera les succione por el culo lo que les queda de sí mismos.
Así, vemos a un anciano demente que se cree el llanero solitario morir en patética gloria disparando sus pistolas de juguete contra la momia succionadora de almas y es cuando escuchamos a Elvis pronunciar a modo de solemne epitafio “-murió con el alma intacta” y eso es lo que realmente importa.
Bubba Ho-Tep no es una película fácil, a pesar de su sencilla narración. Tampoco es una película que les gustará a muchos. Confieso que con viles trucos embauqué a mis hermanos para verla en nuestras acostumbradas noches de hombres y películas B y a ninguno de ellos les gustó. Bodrio, Barata, Basura, fueron sus apreciaciones, pero que carajos saben ellos. Para mí, la película fue todo un apologético a valores como la libertad, la camaradería, la lucha heroico-trágica y por supuesto, al rocknroll.
Update: Ya está en producción Bubba Nosferatu: The curse of the she-vampires.