Taking Care of Bubba
Elvis Presley jamás murió. Vive en un asilo de Texas bajo el nombre de Sebastian Haff. Para escapar de la presión de la fama cambió su identidad con uno de sus imitadores, quien tuvo la torpe ocurrencia de morirse. Junto a él se encuentra John F. Kennedy, que tampoco ha muerto y a quien “ellos” -léase Lyndon Jhonson, la CIA, Castro, etc.- han rellenado parte de su cerebro con arena y cambiado el color de su piel para ocultar la verdad. Sí, el más famoso de los presidentes norteamericanos es ahora negro y vive de incógnito en el mismo asilo bajo el seudónimo de “Jack”.
Ambos transcurren sus últimos años en el completo olvido, agobiados por una existencia monótona que contrasta con el otrora esplendor de sus grandes días. Esta situación cambia cuando una antigua momia egipcia vuelve a la vida vestida de cowboy y empieza a succionar el alma de los habitantes del asilo por el culo. Es entonces que el Rey del Rocknroll y John F. Kennedy unirán sus (pocas) fuerzas para combatir a las fuerzas del mal.
Este es el argumento de Bubba Ho-Tep, la última película del director de culto Don Coscarelli (Army of Darkness, Phantasm), y aunque parece sacado de un capítulo de Southpark lo cierto es que es buenísima. Obviando lo absurdo de la trama está narrada de una forma sencilla pero brillante. La vi este fin de semana y realmente me impresionó. Pero no sólo por eso, más allá de ser un correcto ejercicio de realización indie fue también una película que supo conmoverme en muchos aspectos.
Y lo digo no sólo porque soy fanático de Elvis (si no creyera en que el Rey está vivo y prepara su retorno diría que soy su reencarnación) sino porque dentro de su inverosimilitud trata temas muy humanos y profundos. No sólo abre su discurso con una crítica a la sociedad moderna y al trato que ésta les da a los ancianos, convirtiéndolos en parte del inventario de un escenario olvidado. Sino que nos muestra la visión subjetiva de estas personas y su lucha contra el olvido.
Los personajes son seres acabados que constantemente cuestionan su pasado (“always the questions, never the answers” dice para sí mismo el Rey), pero su preocupación y tormento no radica en la fama y fortuna que perdieron sino en lo que la vida se llevó de ellos: el amor de sus vidas, sus hijos, hasta sus propias fuerzas y apetitos. Hombres que quisieron lo mejor pero que aceptan con estoicismo lo peor, la frustración por la incapacidad de poder hacer algo al respecto, la incertidumbre del “que hubiera pasado si…”
En el filme no hay forma de determinar si los personajes son en realidad quienes dicen ser o si son simples viejos dementes que creen ser los héroes postrados que son. Pero eso no interesa, son auténticos héroes trágicos. Héroes que no se dejan vencer y cuya lucha es por preservar lo que queda de ellos; héroes que no van a permitir que una momia vaquera les succione por el culo lo que les queda de sí mismos.
Así, vemos a un anciano demente que se cree el llanero solitario morir en patética gloria disparando sus pistolas de juguete contra la momia succionadora de almas y es cuando escuchamos a Elvis pronunciar a modo de solemne epitafio “-murió con el alma intacta” y eso es lo que realmente importa.
Bubba Ho-Tep no es una película fácil, a pesar de su sencilla narración. Tampoco es una película que les gustará a muchos. Confieso que con viles trucos embauqué a mis hermanos para verla en nuestras acostumbradas noches de hombres y películas B y a ninguno de ellos les gustó. Bodrio, Barata, Basura, fueron sus apreciaciones, pero que carajos saben ellos. Para mí, la película fue todo un apologético a valores como la libertad, la camaradería, la lucha heroico-trágica y por supuesto, al rocknroll.
Update: Ya está en producción Bubba Nosferatu: The curse of the she-vampires.
Ambos transcurren sus últimos años en el completo olvido, agobiados por una existencia monótona que contrasta con el otrora esplendor de sus grandes días. Esta situación cambia cuando una antigua momia egipcia vuelve a la vida vestida de cowboy y empieza a succionar el alma de los habitantes del asilo por el culo. Es entonces que el Rey del Rocknroll y John F. Kennedy unirán sus (pocas) fuerzas para combatir a las fuerzas del mal.
Este es el argumento de Bubba Ho-Tep, la última película del director de culto Don Coscarelli (Army of Darkness, Phantasm), y aunque parece sacado de un capítulo de Southpark lo cierto es que es buenísima. Obviando lo absurdo de la trama está narrada de una forma sencilla pero brillante. La vi este fin de semana y realmente me impresionó. Pero no sólo por eso, más allá de ser un correcto ejercicio de realización indie fue también una película que supo conmoverme en muchos aspectos.
Y lo digo no sólo porque soy fanático de Elvis (si no creyera en que el Rey está vivo y prepara su retorno diría que soy su reencarnación) sino porque dentro de su inverosimilitud trata temas muy humanos y profundos. No sólo abre su discurso con una crítica a la sociedad moderna y al trato que ésta les da a los ancianos, convirtiéndolos en parte del inventario de un escenario olvidado. Sino que nos muestra la visión subjetiva de estas personas y su lucha contra el olvido.
Los personajes son seres acabados que constantemente cuestionan su pasado (“always the questions, never the answers” dice para sí mismo el Rey), pero su preocupación y tormento no radica en la fama y fortuna que perdieron sino en lo que la vida se llevó de ellos: el amor de sus vidas, sus hijos, hasta sus propias fuerzas y apetitos. Hombres que quisieron lo mejor pero que aceptan con estoicismo lo peor, la frustración por la incapacidad de poder hacer algo al respecto, la incertidumbre del “que hubiera pasado si…”
En el filme no hay forma de determinar si los personajes son en realidad quienes dicen ser o si son simples viejos dementes que creen ser los héroes postrados que son. Pero eso no interesa, son auténticos héroes trágicos. Héroes que no se dejan vencer y cuya lucha es por preservar lo que queda de ellos; héroes que no van a permitir que una momia vaquera les succione por el culo lo que les queda de sí mismos.
Así, vemos a un anciano demente que se cree el llanero solitario morir en patética gloria disparando sus pistolas de juguete contra la momia succionadora de almas y es cuando escuchamos a Elvis pronunciar a modo de solemne epitafio “-murió con el alma intacta” y eso es lo que realmente importa.
Bubba Ho-Tep no es una película fácil, a pesar de su sencilla narración. Tampoco es una película que les gustará a muchos. Confieso que con viles trucos embauqué a mis hermanos para verla en nuestras acostumbradas noches de hombres y películas B y a ninguno de ellos les gustó. Bodrio, Barata, Basura, fueron sus apreciaciones, pero que carajos saben ellos. Para mí, la película fue todo un apologético a valores como la libertad, la camaradería, la lucha heroico-trágica y por supuesto, al rocknroll.
Update: Ya está en producción Bubba Nosferatu: The curse of the she-vampires.
3 Comments:
He de verla, la trama sí que convenze.
El video de You Tube fue retirado, nieee, nieee. :'(
La gente no podría decirle a otra que escribe bien, si es que eso es sobonería, niet, ya no podrán existir cyberafectos. De pronto es cierto, éstos no existen realmente.
Siga comentando films Faxx, que tiene usted lectores.
Salutes.
hell-oh criaturas:
E: Si pues, que importa. al final les vendo ACE nomás.
*
qu: véala, véala. el video ya está repuesto.
*
srta ASterix: no se preocupe que yo no creo en la sobonería, sobre todo si viene hacia mí. ja. gracias por leerme.
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