martes, noviembre 29, 2005

No te muevas




El día pasa lento. Son recién las 11 de la mañana y hace muchas horas que estoy aquí. Hay días que pasan así. Muy lentos. Días que quieren quedarse con más tiempo del que debería permitírseles. Cuando eso sucede me dedico a hacer varias cosas esperando distraerlo. Ya leí el periódico y un par de artículos largos, conteste mis mails (que nunca hago), entre a varias páginas de internet y estuve revisando un foro de publicidad, opine, leí 8 tiras cómicas y como 3 horóscopos de páginas distintas, preparé café, baje música y un sin fin de cosas más para intentar apurar al tiempo –sin éxito.

Cuando el tiempo pasa lento puedo hacer muchas cosas. También me doy cuenta de todo lo que pasa y eso me molesta. Todo se mueve en cámara lenta y me doy cuenta de todo –absolutamente- tengo visión de rayos X. Escucho y observo los movimientos de la gente, sus conversaciones, sus gestos, sus pequeños sonidos. Prefería no poder hacerlo. Preferiría que el tiempo pasara más rápido y tener así la ilusión que mi presente se vuelve pronto parte de mi pasado. A veces así sucede y lleno el vacío, a veces como hoy, el hueco es muy grande.

Cuando el tiempo pasa lento puedo hacer muchas cosas, pero las olvido. Pienso en historias fantásticas y maravillosas, sin embargo pasados algunos minutos desaparecen. Me doy cuenta porque cuando estoy dispuesto a registrarlas en ese preciso instante que se me ocurren, ya ha pasado demasiado tiempo. Demasiado como para poner a prueba mi memoria. Cuando el tiempo pasa lento ocurren tantas cosas que es imposible vivirlas. Vives condenado, pero sin recuerdos, sin pasado, lo ves todo pero no te sirve, no conservas nada.

lunes, noviembre 21, 2005

Yo no se escribir.



Yo no sé escribir.

En serio. Yo no sé como escribir algo que tenga en la cabeza. No puedo organizar ideas, no puedo exponerlas y mucho menos sustentarlas. No puedo poner nada por escrito. Hay personas que se sientan al teclado y empiezan a escribir con mucha naturalidad, plic, plic, plac y listo: un tratado deontológico acerca de la mecánica interna del cosmos. Eso no sucede conmigo. Yo simplemente no puedo escribir nada.

Y se supone que soy redactor… y creativo! Pues déjenme decirles que todo ha sido un vil engaño. Mentí. No soy ni lo uno ni lo otro. Soy un gran farsante. No tengo talento. No soy inteligente. No soy redactor y tampoco soy creativo. No soy nada. Y tampoco se escribir. De repente mi única virtud es engañar a la gente y por eso puedo dedicarme a lo que hago.

Quizás el único engañado soy yo y ya se han dado cuenta. Sí, porque no puedo creer que todos sean tan tontos. Debe de haber algo en mi mirada o en mi aura personal que inspira la compasión anónima de todo aquel que me rodea. Seguro que al verme dicen para sí mismos: “Pobre, es un retrasado mental, no puede sobrevivir en el mundo” y así pasan por alto mis estropicios. De esta manera debo de haber sobrevivido a la primaria, disimulé mi paso por la secundaria y lo mismo con la universidad.

¿Qué, y el mundo real? Ese es más fácil. La gente grande es más tonta aún. Eso o no le importa. Pero volvamos al tema en cuestión: Yo no se escribir. No significa que no pueda articular palabras ni que no conozca la sintaxis de las construcciones verbales. Eso puedo hacerlo, solo tengo que copiar lo mismo que dicen los libros o cualquier material escrito. Gente tonta sabe y puede escribir, ¿por qué yo no podría copiar sus estructuras de cualquier lado?

Al final saber escribir no es tan importante. Al menos no lo que escribe la mayoría. Casi todo lo escrito es basura. Ordenes de trabajo, malas noticias, listas de compras, textos engañosos y falsos, mentiras y tristezas. Se olvidan de la belleza. Si supiera escribir escribiría cosas bellas. Esas que veo por instantes fugaces y que no empiezan con “las rosas son rojas…” Si supiera escribir lo haría, pero no sé. Así que mientras pueda seguiré engañándolos y Uds hagan como que no se han dado cuenta y cuando escriba un poema (que no es lo mismo que poesia) díganme “oh es bello” y así todos estaremos bien.