eating alone
Everybody call me a pig,
Little pig,
Fuckin´ pig,
Everybody call me a pig:
Little-fuckin´pig.
Ayer fui a almorzar al restaurant de las señoras checoslovacas. Estaba lleno pero encontré un lugar. Al poco comenzó a llegar mucha gente y ya no había más mesas. Entonces algunas personas que no tenían donde comer comenzaron a pedir en las mesas mediocupadas: “disculpe, ¿podría sentarme aquí?” y todos asentían y compartían sus mesas con propios y extraños en alegre y solidaria comunidad.
Yo estaba solo en una mesa grande y pensaba que en cualquier momento vendría algún intruso a pedirme si podía sentarse en mi mesa. Seguía llegando gente y hasta había personas paradas esperando que se desocuparan. Sin embargo, nadie se acercó a mí.
Me di cuenta de eso y comencé a pensar que seguramente yo soy uno de esos individuos con los que es completamente desagradable comer. La gente me vera ahí sentado en esa mesa y dirá para sí: “que espanto comer con ese cerdo asqueroso” y preferirá quedarse de pie mirando hacia otro lado o le pedirá al ocupante de otra mesa si puede sentarse con él.
Y lo peor de todo es que a menos que esté con mis hermanos (con los que hay que literalmente agarrarse a puñetazos por la comida) yo suelo ser muy educado cuando me alimento. Utilizo los cubiertos con propiedad, mastico con la boca cerrada sin hacer mucho ruido y cada 3 bocados me limpio con la servilleta y como soy además un maniático las doblo siempre cuidadosamente, pues detesto arrugarlas y ordeno mi plato y mis cubiertos y los vasos, todo equidistantemente entre sí; pero parece que a pesar de eso igual doy asco.
Al darme cuenta me entristecí un poco, pero felizmente me acordé que yo odio comer con extraños. Que me importa ser un chancho asqueroso. Lo mejor fue que cuando me dieron mis caramelos de chicha morada al pagar la cuenta, me tocó uno mutante en que venían dos adentro. ¡hurra!
:: uno en en miles ::
Update: Hoy fui otra vez a comer ahí y me ocurrió de nuevo lo mismo. Eso confirma mi teoría que soy un ser repugnante o en su defecto que tengo una cara de chuncho-antipático-hijo-e-puta-lárgate-de-aquí única. Oink oink oink!
Little pig,
Fuckin´ pig,
Everybody call me a pig:
Little-fuckin´pig.
Ayer fui a almorzar al restaurant de las señoras checoslovacas. Estaba lleno pero encontré un lugar. Al poco comenzó a llegar mucha gente y ya no había más mesas. Entonces algunas personas que no tenían donde comer comenzaron a pedir en las mesas mediocupadas: “disculpe, ¿podría sentarme aquí?” y todos asentían y compartían sus mesas con propios y extraños en alegre y solidaria comunidad.
Yo estaba solo en una mesa grande y pensaba que en cualquier momento vendría algún intruso a pedirme si podía sentarse en mi mesa. Seguía llegando gente y hasta había personas paradas esperando que se desocuparan. Sin embargo, nadie se acercó a mí.
Me di cuenta de eso y comencé a pensar que seguramente yo soy uno de esos individuos con los que es completamente desagradable comer. La gente me vera ahí sentado en esa mesa y dirá para sí: “que espanto comer con ese cerdo asqueroso” y preferirá quedarse de pie mirando hacia otro lado o le pedirá al ocupante de otra mesa si puede sentarse con él.
Y lo peor de todo es que a menos que esté con mis hermanos (con los que hay que literalmente agarrarse a puñetazos por la comida) yo suelo ser muy educado cuando me alimento. Utilizo los cubiertos con propiedad, mastico con la boca cerrada sin hacer mucho ruido y cada 3 bocados me limpio con la servilleta y como soy además un maniático las doblo siempre cuidadosamente, pues detesto arrugarlas y ordeno mi plato y mis cubiertos y los vasos, todo equidistantemente entre sí; pero parece que a pesar de eso igual doy asco.
Al darme cuenta me entristecí un poco, pero felizmente me acordé que yo odio comer con extraños. Que me importa ser un chancho asqueroso. Lo mejor fue que cuando me dieron mis caramelos de chicha morada al pagar la cuenta, me tocó uno mutante en que venían dos adentro. ¡hurra!
:: uno en en miles ::Update: Hoy fui otra vez a comer ahí y me ocurrió de nuevo lo mismo. Eso confirma mi teoría que soy un ser repugnante o en su defecto que tengo una cara de chuncho-antipático-hijo-e-puta-lárgate-de-aquí única. Oink oink oink!
posted by Sir Faxx von Raven at 12:46 p. m.
8 Comments:
jajajajaja, me dio mucha risa cuando dijiste: "Que me importa ser un chancho asqueroso"
Oie y si eh !
A mi tampoco me gusta comer con xtraños ...
Por cierto... ya esta sushi !
Somos los huraños hurones (...) que roen solitarios algún blanco hueso en su agujero oscuro y mohoso...
Sí, lo mismo me pasa a mí. Aunque preguntando a amigos bastante francos, dicen que mi mirada asusta...
¿Será que los pensamientos pasan por los ojos? :o
Lo mismo muy heavy comer con extraños...y lo de la servilleta, uso una nueva cada vez y al final una torre de estas con una manchita al lado del plato
Eres un chancho-chuncho...
pero doy fe de que comes con propiedad.
También doy fe de los puñetazos.
en todo caso recuerda la sabiduría ancestral:
eat your dog
eat your friend...
Pues mire usted señor faxx, recien he visto que es usted cáncer tambien! Dios lo cría y ellos... se comen los unos a los otros. Felicidades que ya le toca. Viva San Fermín! -que también toca ya. Saludooooo
saludos desde las profundidades:
E: tu canciono? tu canciono es hermoza sólo cuando viene de ti. la mía en cambio, es universal.
*
marilya: claro, es común reírse de los chanchos asquerosos. es un mecanismo de defensa natural.
*
hastur: gracias por su visita hastur, me solidarizo con su comentario. pero si mis pensamientos pasaran por mis ojos preferiría ser tuerto.
*
ana: no pues wakala para evitar ver la manchita horrible es que doblais las servilletas!
*
reaño: you are fuckin´ right. yo dije eso, ¿verdad?
*
xnem: así es, la gente suele pensar que los cáncer somos todos amables y buena gente. pero por algo los cangrejos caminan chueco, hay algo retorcido en ellos.
Es ese aire intimidante de los huraños, que
grrrrraleja a los miedosos
nada nada menos
eso creo.
Eso cre-o aún.
grrrrrrrrr si.
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